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Cuando el Ejército recibió el fusil CETME, en 1957, sus
creadores creían haber logrado una de las mejores armas del mundo por su
diseño y potencia de fuego. Su empleo en 30 naciones y medio siglo de
servicio les dio la razón.
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Cerca de medio siglo al servicio del Ejército español y su empleo por más de 30 naciones han hecho del fusil de asalto CETME una leyenda. Diseñado a finales de los años cuarenta, en poco tiempo se convirtió en un fusil de asalto de fama mundial. A ello contribuyó su precisión, resistencia y facilidad de uso.
Ahora, cincuenta años después de llegar a las filas del Ejército español, está siendo relevado por el fusil de asalto alemán G-36, fabricado por la firma alemana Heckler & Koch, la misma empresa que hizo el CETME para Alemania y le distribuyó por todo el mundo bajo el nombre de G-3.
La historia del CETME se remonta a finales de la I Guerra Mundial, cuando Alemania queda sometida al Tratado de Versalles, una de cuyas cláusulas le prohibía la fabricación y uso de armas de determinado calibre. A pesar de ello, se plantearon cuáles eran las características que debería reunir el fusil del soldado del futuro. Una de las conclusiones fue que se iba a necesitar un "arma de infantería de aplicaciones varias", lo que implica que el soldado debe poder hacer fuego automático con su arma individual.
Los resultados de sus investigaciones no aparecen hasta la II Guerra Mundial, y son denominados Maschinencarabinen y Maschinenpistolen, de los que se fabricaron varias versiones. Finalmente, aparece el sturmgewehr, palabra que puede traducirse como "fusil de asalto", denominación que ha permanecido para este tipo de armas.
CETME A
Finalizada la II Guerra Mundial, termina también la época del fusil de repetición. Surge la necesidad de un arma nueva, con mayor potencia de fuego y rapidez de tiro.
Así, a finales de los cuarenta, el Centro de Estudios Técnicos de Materiales Especiales (CETME), organismo creado el 17 de diciembre de 1949, dependiente del Alto Estado Mayor del Ejército y del Instituto Nacional de Industria, asume las misiones de investigación y desarrollo de nuevos materiales para uso de las Fuerzas Armadas españolas.
Poco después, en 1950, el Alto Estado Mayor encarga al Centro diseñar y desarrollar un fusil automático individual que tenga un alcance eficaz de 1.000 metros y un retroceso reducido. Un equipo de ingenieros españoles se encarga de la tarea. Entre ellos destacan Ignacio del Riego y Luis Wilhelmi, incorporándose después el ingeniero alemán Ludwing Vorgrimmel, que trabajó para la casa Mauser en el desarrollo del fusil STG-45M.Se parte de la idea de fabricar un fusil análogo al MP-44 alemán, con un alcance de unos 800 metros, que pudiera disparar tiro a tiro y en ráfagas. Debía pesar menos de cuatro kilos, medir un metro de longitud, ser alimentado por cargadores de 30 cartuchos y cumplir una serie de datos técnicos, mecánicos y balísticos.
El primer problema que se planteaba era el de conseguir un cartucho adecuado. El proyectil debía tener la trayectoria rasante y su precisión debía ser buena a 800 metros. El resultado de las investigaciones fue un magnífico cartucho, bautizado como "cartucho 7,92x41 CETME CA 001", que por su forma, dimensiones y características significaba una revolución respecto a otros modelos. La bala, de aluminio recubierto de latón, tenía el perfil muy alargado y su perfecto reparto de masas y volúmenes le conferían un vuelo excelente y una penetración limpia.
CETME B
Paralelamente al desarrollo de los cartuchos, aparecen dos prototipos de arma: el CETME Modelo 1, con un sistema de acerrojamiento rígido y toma de gases, y el CETME Modelo 2, que emplea el de retroceso de masas con acerrojamiento semirígido y cañón fijo. Este último parece ser un sistema más sencillo y cómodo de usar, porque el arma estaba construida con aceros normales, y la carcasa y el cajón de mecanismos eran de chapa estampada. Además, al no necesitar una maquinaria especial para su fabricación se abarataban notablemente los costes.
De reducido tamaño, el CETME debía ofrecer precisión a mil metros
De este segundo prototipo salió el CETME Modelo A, que, con recamara para disparar la munición 7,62x51 NATO, fue declarado reglamentario el 20 de septiembre de 1957. Un año más tarde aparece el Modelo B, que incorpora una bocacha apagallamas, un nuevo guardamanos y un asa de transporte. Poco después, Alemania adopta el CETME como arma reglamentaria, fabricándola Heckler y Koch, con el nombre de G-3. Además, esta firma adquiere los derechos de comercialización internacional sobre este arma, introduciendo pequeños detalles secundarios. Con la marca HK, el CETME se hará en pocos años con gran parte del mercado mundial, siendo empleado en más de treinta países.
CETME E
El 28 de abril de 1964, se declara reglamentario el modelo C. El Fusil de Asalto CETME fue, entre los de su clase, uno de los mejores del mundo. Arma muy sólida, destaca por su dureza, sencillo mantenimiento y facilidad de uso, aún en manos de soldados poco expertos. Con él se hicieron las Campañas de Ifni y del Sahara y su último modelo, el CETME L, ha estado en las operaciones del Ejército español en Turquía, Centroamérica y los Balcanes, siendo este último mejorado luego con los modelos CETME LC (ligero corto) y CETME LV.
CETME L
Fusil de asalto CETME L |
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Calibre | 5.56 mm (0.223) |
Sistema | Retroceso de masas, con bloqueo semirrígido |
Alimentación | Cargadores de 12 y 30 cartuchos |
Cadencia de tiro | Teórica de 600 a 750 disparos por minuto y práctica de 120 (modo tiro semiautomático) o 70 (tiro a tiro) |
Energía en boca | 1530 julios |
Velocidad inicial | 835 m/s |
Rayado | 6 rayas a dextrosum (paso 178 mm) |
Alcance eficaz | 400 m |
Alza | Diopter con posiciones 200/400 m |
Peso (arma) | 3.5 kg |
Peso (cargador) | 210 gr vacío, 560 con 30 cartuchos |
Longitud (arma) | 925 mm (l), 860 mm (LC) |
Longitud (cañón) | 400 mm (L), 320 mm (LC) |
Longitud (mira) | Línea de mira total de 440 mm |